martes, 19 de marzo de 2019

Aldo Pellegrini, surrealismo

La realidad nos cambia y nosotros cambiamos la realidad. Esta interacción dialéctica constituye la esencia de todo conocimiento, tanto científico como poético. El surrealismo está con quienes sostienen ese principio. Pero con quienes lo sostienen hasta sus últimas consecuencias. La realidad nos cambia y nosotros cambiamos la realidad. Ese infinito fluir en que consiste el conocimiento sólo puede puede ser dado íntegramente por la poesía. Y la poesía lo da mediante la imagen que produce y destruye a sí misma, dejándonos la luz del conocimiento. Sólo cuando la imagen es combustión puede iluminar la realidad.

La realidad nos cambia y nosotros cambiamos la realida. Este proceso no se detiene nunca. Pero el hombre de ciencia quiere contenerlo mediante diques y para ello inventa los esquemas racionales. El agua de la realidad atraviesa todos los diques y en última instancia quedan esquemas vacíos. Los poetas siempre han tenido conciencia de esto. Novalis ha dicho "El poeta comprende la Naturaleza mejor que el sabio" ¿En qué consiste este comprender mejor? En que la realidad es captada de modo total como síntesis de sujeto y objeto.

El surrealismo cree, pues, en una realidad sin límites. Su terreno de investigación es lo desconocido ilimitado. Si al fin el conocimiento resulta de la participación del hombre en el cosmos es necesario buscar en la más profunda inmersión en sí mismo la fuente de toda sabiduría. Poséete a tí msmo es la base del conocer. En el fondo de sí mismo encuentra el hombre la puerta que se abre al mundo y a través de sí se despersonaliza, se universaliza.

Hay que penetrar muy hondo en el propio espíritu para lograr abandonar la cárcel del yo racional, cárcel sin aberturas, desde cuyo interior toda proyección hacia el mundo es imposible.

Admitir como real sólo las apariencias sensibles equivales a reducir el muno y limitar las posibilidades del hombre. Toda la historia de la ciencia revela la lucha permanente contra los límites que significan las apariencias de las cosas, con objeto de apresar lo que en última instancia constituye lo real.

Pero esta última instancia, aunque parece estar al alcance de la mano, huye cuando se intenta asirla. Si los hombres de ciencia no tuviera el íntimo convencimient de que no hay límites para la realidad, todo camino de avance se habría agotado. Pero la ciencia que avanza por pasos, siempre plantea un nuevo límite.

El surrealismo trabaja directamente sobre lo infinito concebido como concreto.

Aldo Pellegrini
Para contribuir a la confusión general

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Se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles

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