La poesía es la huella dactilar de Dios en la arcilla humana.
Si Dios fuese la conclusión de un raciocinio, no sentiría necesidad de adorarlo.
Pero Dios no es solo la substancia de lo que espero, sino la sustancia de lo que vivo.
Dios es la substancia de lo que amamos.
Para desafiar a Dios el hombre infla su vacío.
Nicolás Gómez Dávila (1913-1994)
(el más brillante aforista en español del s. XX)
BREVIARIO DE ESCOLIOS
Ed. Atalanta 2018
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