EL EXTRANJERO de Camus (3-¿AMOR?) Marie vino a buscarme y me preguntó si quería casarme con ella. Le dije que me daba igual y que podíamos hacerlo si era su deseo. Me preguntó entonces si la quería. Contesté, como ya había hecho una vez, que nada significaba eso, pero que ciertamente no la quería. «¿Por qué te casarías entonces conmigo?», dijo ella. Le expliqué que la cosa no tenía importancia alguna, pero que si ella lo deseaba podíamos casarnos.
Se preguntó entonces si ella me amaba a mí, pero yo nada podía decir sobre ese punto. Después de otro momento de silencio, musitó que yo era raro, que sin duda ella me quería por eso, pero que tal vez un día yo le repugnaría por las mismas razones. Como me callaba, porque nada tenía que añadir, me tomó del brazo sonriendo y declaró que quería casarse conmigo. Le dije que lo haríamos cuando quisiera.
...
El amigo de Raymond tenía una pequeña construcción de madera en el extremo de la playa. La casa estaba adosada a las rocas y los pilares que la sostenían por delante se bañaban ya en el agua. Raymond nos presentó. Su amigo se llamaba Masson. Era un tipo alto, macizo de cintura y de hombros, con una mujer pequeña, regordeta y agradable, con acento parisiense. Nos invitó enseguida a acomodarnos y nos dijo que tenía una fritura hecha con lo que había pescado esa misma mañana. Le dije cuánto me gustaba su casa. Me explicó que pasaba en ella el sábado, el domingo y todas sus vacaciones. «Me entiendo bien con mi mujer», añadió. Precisamente, su mujer reía con Marie. Por vez primera, creo, pensé verdaderamente que iba a casarme.
El agua estaba fría y daba gusto nadar. Nos alejamos Marie y yo, y nos sentimos acompasados en nuestros movimientos y en nuestro bienestar.
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Marie me dijo que no la había besado desde esta mañana. Era verdad y, sin embargo, no deseaba otra cosa. «Ven al agua», me dijo. Corrimos para lanzarnos a las primeras pequeñas olas. Dimos algunas brazadas y se pegó a mí. Sentí sus piernas en torno a las mías y la deseé.
(EL EXTRANJERO, de Albert Camus, en traducción de J.A.Valente y dibujos de José Muños de la estupenda edición especial de Alianza)
Blanchot dice del protagonista:
Es la imagen misma de la realidad humana despojada de cualquier convención psicológica, abordada por medio de una descripción puramente externa, privada de todas las falsas explicaciones subjetivas.
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siente con aquello que está por encima de cualquier forma expresable de sensibilidad, lo que rechaza las formas impuras, engañosas, adaptadas al uso de la sociedad y de la vida práctica.
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Es , en relación a sí mismo, como otro que le observara y hablase de él. Sus actos lo absorben por completo. Es totalmente exterior a sí; su única vida interior son los impulsos más externos de la sensibilidad.
(FALSOS PASOS, ed. Pretextos 1977)
¿Por qué despliega ese atractivo el personaje? ¿Su rareza es una singularidad también respecto del amor? ¿Puede haber fatalidad en ese pasotismo ausente de mayores significaciones sociales, interpersonales o abstractas?
G+ 18-6-2016
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