Clarice Lispector falleció el 9 de diciembre de 1977, a las 10.30 horas. Sobre la lápida quedó escrito "Darle la mano a alguien fue lo que siempre esperé de la alegría".
Una alegría que fue fundamental para ella a lo largo de toda su vida y que intercaló siempre en su narrativa como medio de llegar a una revelación del mundo que definimos como epifanía.
Se puede interpretar "dar la mano" como estar en el mundo, tener un contacto con él traspasando el halo del existencialismo y con la única finalidad de ser libre.
Una tarea que vivió y cumplió Clarice Lispector desde su escritura, desde su percepción de la realidad y de su creación de mundos propios para poder sobrepasar su misma existencia, una existencia que fue tocada por la náusea, que pudo superar a través de su literatura creando una náusea literaria.
Carolina Hernández Terrazas
CLARICE LISPECTOR
LA NÁUSEA LITERARIA
Ed. Fórcola 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario