Aunque este texto mío esté atravesado completamente, de punta a punta, por un frágil hilo conductor, ¿cuál?, ¿el de la inmersión en la materia de la palabra?, ¿el de la pasión? Un hilo lujurioso, soplo que calienta el discurrir de las sílabas. La vida difícilmente se me escapa aunque me asalte la certeza de que la vida es otra y tiene un estilo oculto.
En realidad todavía no veo bien el hilo de la madeja de lo que te estoy escribiendo. Creo que nunca lo veré, pero admito la oscuridad donde refulgen los dos ojos de la pantera suave. La oscuridad es mi caldo de cultivo. La oscuridad hechicera. Te estoy hablando y me arriesgo a la desconexión, soy subterráneamente inalcanzable por mi conocimiento. Te escribo porque no me entiendo.
En realidad todavía no veo bien el hilo de la madeja de lo que te estoy escribiendo. Creo que nunca lo veré, pero admito la oscuridad donde refulgen los dos ojos de la pantera suave. La oscuridad es mi caldo de cultivo. La oscuridad hechicera. Te estoy hablando y me arriesgo a la desconexión, soy subterráneamente inalcanzable por mi conocimiento. Te escribo porque no me entiendo.
Pero está también el misterio de lo impersonal que es el «it»: yo tengo lo impersonal dentro de mí y no es corrupto y putrescible por lo personal que a veces me encharca; pero me seco al sol y soy un impersonal de semilla dura y germinativa. Mi personal es humus en la tierra y vive de la podredumbre. Mi «it» es duro como un guijarro.
Mi profundo anonimato que nadie ha tocado nunca.
Tengo algo importante que decirte. Es que no estoy jugando, it es un elemento puro. Es material del instante del tiempo. No estoy cosificando nada, estoy sintiendo el verdadero parto del it. Me siento mareada como quien va a nacer. Nacer…
He ayudado alguna vez a parir a una gata. Sale el gato envuelto en una bolsa de agua y completamente encogido dentro. La madre lame tantas veces la bolsa de agua que ésta al final se rompe y el gato queda casi libre, preso sólo por el cordón umbilical. Entonces la gata-madre-creadora rompe con los dientes ese cordón y aparece un hecho más en el mundo. Este proceso es el it. No estoy bromeando. Estoy seria. Porque me he liberado. Soy tan simple. Te estoy dando la libertad. Antes rompo la bolsa de agua. Después corto el cordón umbilical. Y ya estás vivo por tu cuenta. Y cuando nazco quedo en libertad. Ésta es la base de mi tragedia.
No, no es fácil. Pero «es». Me he comido mi propia placenta para no tener que comer durante cuatro días. Para tener leche que darte. La leche es un «esto». Y nadie es yo. Nadie es tú. Ésta es la soledad.
Yo soy puro it que late rítmicamente. Pero siento que dentro de poco estaré preparada para hablar de él o de ella. No te prometo ninguna historia. Pero tiene it. ¿Quién lo soporta? It es blando y es ostra y es placenta. No estoy bromeando porque no soy un sinónimo, soy el propio nombre. Hay una línea de acero que atraviesa todo esto que te escribo. Está el futuro. Que es hoy mismo.
Clarice Lispector
Agua viva
Trad. Elena Losada
Ed. Siruela 2004
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